Nos recibió tocando el piano, y nos encantó disfrutar del ilustrador que nos invitó no solo a utilizar nuestra imaginación y dejar volar nuestras ideas, sino que también a plasmarlo en unos preciosos murales que, una vez terminamos de decorar, contenían montones de historias que habíamos construido en común. Finalmente,nos deleitó con un cuento acompañado de sus ilustraciones y facilidad para dibujar. Y el amigo invisible que nos había acompañado durante toda la sesión, prometió volver para el próximo año.
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